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sábado, 1 de octubre de 2022

BURINN DOULGARLIG (Anarr)

 BURINN DOULGARLIG (Anarr)





● Padre: Bamur Doul.

○ Abuelo: Tydren Doul.

○ Abuela: Tasbelle Doul.

○ Tío: Gigan Doul (Dorín)

● Madre: Kara Garlig.

○ Abuelo: Thuldar Garlig.

○ Abuela: Maerlynn Garlig.

○ Tío abuelo: Armgrum Garlig. (Líder del Clan)

○ Primo: Torne.


En algún lugar del mundo de Greyhawk, en lo alto de una colina pedregosa, en las

Abbor-Alz, al amparo de una composición inusual de rocas e iluminados por el fuego de una

hoguera se encuentran tres Guerreros enanos dando buena cuenta de unos pichones

asados al fuego.

— Tío Gigan, puedes contarnos la historia de la familia — Le pide uno de jovenes al

más mayor.

— ¡Anarr! — Le dice su tío con exasperación.

— Perdón, tío Dorin — se corrige Anarr

— ¿Puedes contarnos la historia? ya tengo 74 años y Torne 73 casi somos mayores

de edad — Argumentó Anarr mientras Torne miraba a ambos.

Dorin gruñe como buen enano, carraspea y empieza a contarles.


*****


Mi hermano, tu padre, Bamur Doul heredó el título de Señor del Clan Doul cuando

nuestro padre desapareció, un gran señor y guerrero de Karakast. El rey le entregó unas

minas en las Colinas Cairnhill como pago y reconocimiento por sus servicios en la batalla.

Pero las intrigas de la corte le privaron de su honor y humillado se marchó dejando todo

atrás. A partir de ese día tu padre fue el guía de nuestro clan. Convenció a todas las familias

del clan, ¡más de 50 familias! y nos mudamos a las colinas Cairnhill. Allá fundamos nuestro

nuevo hogar Karak-UrngHol. Durante décadas, todo el clan trabajó unido para crear nuestra

ciudad, la excavamos en el interior, construimos un gran portón de piedra cortando el paso

en la terraza más alta de la montaña y profundizamos aún más las minas, extrayendo

minerales preciosos y hierro de la mejor calidad de su interior.

Pronto los comerciantes de otras razas llamaban a nuestra puerta para vendernos

los productos que allí no podíamos producir. Los cambiábamos por oro, plata y armas y

herramientas creadas con el mejor acero en nuestras herrerías. El humo de estas salía por

las chimeneas de lo alto de la montaña noche y día. También pagamos los tributos al rey,

algo en lo que tu padre insistió desde un principio aunque el rey nunca nos volvió a recibir

en la corte.

Yo enseguida empecé a instruir a los jóvenes en el manejo de las armas, había que

formar una milicia.

Cuando tu padre había cumplido ya los 120 años, llegó a Cairnhill un rico

comerciante Thuldar Garlig y su hija Kara Garlig. Estos enanos eran tu abuelo y tu tía,

Torne, el padre y la hermana de tu madre. Tu tía era una enana excepcional, eran de los

clanes del sur. Pertenecían a un clan humilde como el nuestro y resultó que el comerciante

era el hermano del jefe del Clan Garlig . En los días que siguieron a su llegada, tus padres

se enamoraron y se pactó con tu abuelo la unión de ambos. La boda se celebró por todo lo

alto y se unieron ambos nombres, nuestro clan ahora era el Clan Doulgarlig y muchas

familias del clan de tu madre vinieron a unirse a nosotros, llegaron constructores, herreros y

enanos de todas las profesiones hasta armadores de barcos como tu padre, dijo mirando al


joven Torne, buscando una oportunidad. Hasta creamos un astillero en el lago del valle. En

poco tiempo había más de 120 familias viviendo en Karak-UrngHol.

Las décadas seguían pasando. Naciste tú Anarr y fue un gran acontecimiento que lo

celebramos durante una semana al menos. Vinieron muchos nobles, de muchos clanes a la

celebración y eso, fue gracias a vuestro abuelo Thuldar que ahora se encargaba de

comerciar con todo lo que extraíamos de la mina y de las manufacturas de nuestras forjas.

Los barcos que fabricabamos han navegado por todos los océanos. Nuestra runa se hizo

muy conocida en muchos reinos y nuestros silos y almacenes estaban repletos de grano y

comida de todo tipo.

¿Os acordáis cuando todo cambió? Teníais apenas 20 años y no erais más que

mocosos. Siempre ibais juntos a todos lados, tu padre apareció con un minúsculo cofre

colgado del cuello y siempre nos estaba diciendo que ahí abajo había algo más valioso que

el Mithril que pronto todo cambiaría y el rey nos volvería a recibir. Siguieron pasando los

años y tu padre estaba cada vez más obsesionado. Ordenó que se profundizará más y más

en las minas.

Hasta que aquella fatídica noche, hace 34 años, cuando vosotros apenas teníais 40,

tu padre nos reunió a los capitanes y nos ordenó poner el ejército en alerta, pero ya era

tarde, empezaron a sonar las alarmas, tu padre me agarró del brazo y me ordeno que te

encontrara y te sacara de allí.

Iba por la avenida principal a buscarte, los soldados se dirigían en dirección

contraria, hacia las minas. De repente un estruendo sacudió la montaña y una nube de

polvo cubrió la ciudad. La visibilidad era casi nula pero encontré tu casa y preparé dos

mochilas con lo que encontré. Cogí todo lo que pude, te desperté y aun somnoliento te

saqué de allí. Ruidos de lucha, gritos de rabia y agonía se escuchaban por todos lados. En

medio del polvo se veían cuerpos asaeteados y con heridas de guerra, pero no me detuve,

tenía que sacarte de allí, seguimos adelante. A ti Torne, te vio Anarr al pasar entre dos

edificios y agarrándote del cuello del jubón te arrastre tras de nosotros. Llegamos hasta los

almacenes y activamos la puerta secreta que había en estos y salimos por el túnel que daba

a la falda de la montaña. Desde la lejanía miré atrás, en lo alto veía la impresionante puerta

construida en piedra por los mejores constructores del clan, la cual cerraba el acceso a una

gran terraza natural y a la ciudad en sí. Allí nuestro pueblo quedó encerrado entre la puerta,

la terraza y los atacantes que salían del interior y allí mismo mataron a todos o los

empujaron al vacío incluidas las mujeres y los niños. Iban casi todos desarmados y no

tuvieron ninguna oportunidad. Fue horrible. Karak-UrngHol había caido..


*****


Nos alejamos en la oscuridad y así es como empezó nuestro periplo.

¡Y esto es todo lo que os voy a contar! Ahora hay que descansar. Se terminaron los

pichones y se metieron en sus sacos de dormir.

*****


Tío y sobrinos escaparon en mitad de la noche. Anarr el mayor, por un año, miró

todo pero no dijo nada en todo el camino. Torne no paraba de hacer preguntas, quería

saber, pero no obtenía respuesta. Durante días se alejaron todo lo que pudieron y volvieron

al reino de Karakast. Allí se instalaron a las afueras de la ciudad donde su tío montó una

cervecería, la cual abastecía a comerciantes, posadas y tabernas de la zona.


En los siguientes años los jóvenes fueron creciendo. Siempre bajo la vigilancia de su

tío. Torne decidió tomar su propio camino y el tío pagó la matrícula de la universidad en el

otro reino enano, Durmadan, pero Anarr se quedó a su lado, le ayudaba todo lo que podía

con el negocio, incluso en un par de ocasiones le dejo solo algunos días bajo la supervisión

de algún capataz de confianza, en ambas ocasiones regreso magullado y herido, pero Anarr

no preguntó jamás, siempre dejaba a su tío con sus fantasmas. Torné regresaba una vez al

año a casa para la festividad de ..... de año nuevo y eran días felices, días de reencuentro,

que ambos enanos aprovechaban para ponerse al día de sus cosas, pero pronto volvía a

sus estudios.

Cuando Anarr cumplió los 50 años su tío le regaló un hacha de batalla enana y un

buen escudo. Apenas podía alzarlo, pero su tío le entrenó en su manejo.

Cuando era poco más que un adolescente, aún no tenía ni 60 años, se escapó y se

unió a las fuerzas de un contingente humano, aliado de los enanos de Karakast. Iban a

limpiar el lago Misterio Marsh de hombres lagarto. Se alistó con los humanos ya que los de

su propia raza no le dejaban por ser aún muy joven. Allí libró buenas batallas aunque no

muy peligrosas, pero le sirvió para coger experiencia. En una batalla, el viejo sargento de su

unidad cayó herido y el teniente le nombró Sargento ya que había demostrado lo que valía y

siempre andaba ayudando a sus compañeros en combate.

Cuando volvió a casa junto a su tío, lo único que le dijo es que esperaba que hubiera

luchado con honor y valentía. El joven se guardó su insignia de sargento para sí. Desde ese

día, entrenaban en el patio de La Cervecería a diario.

Cuando el joven ya había cumplido los 60 años, siempre estaba pendiente de lo que

hablaban los viajeros, así se enteró que en la ciudad de Hardby estaban reclutando

soldados para reforzar la flota ya que se disponían a hacer limpieza en las rutas mercantes.

Por la noche el joven se puso a preparar su mochila para una nueva aventura, de repente

su tío entró en la habitación.

— ¿Dónde crees que vas mocoso?— Le dijo su tío muy serio.

— Pero tío, ya he combatido, se def...— Pero el joven se tuvo que callar a mitad de

su alegato de defensa cuando su tío le mandó callar.

— Mocoso mal educado, no tienes ni idea, luchar en el mar no es lo mismo que en

tierra— Le dijo su tío mientras agarraba su mochila.

— ¡Sígueme!— Sin mirar atrás su tío salió de la habitación y bajó las escaleras al

almacén. Se puso a rebuscar en unos estantes y sacó varias cosas.

— En el mar, debes usar estos petos de cuero reforzado como armadura, debes de

ser ligero para poder moverte, abordar y no hundirte si caes al mar— y le puso el peto en

los brazos..

— Este será tu escudo, de madera, está bien curtida y endurecida al fuego, es

resistente y también flota, no como nuestros compactos cuerpos que se hunden como

piedras— y le puso el escudo también en los brazos.

De un baúl, sacó cómo seis pequeñas hachas arrojadizas, las metió en la mochila y se lo

dio al ya apurado enano.

— Y estas hachas son la mejor opción para abatir a los enemigos que te estarán

disparando desde el otro barco, fuera de tu alcance—

— Gracias tío Dorín por los consejos— Dijo Anarr.

Dejó las cosas en la mesa, con alivio y empezó a organizarse. Se puso el peto de

cuero y su tío se lo ajustó con las cinchas. Cogió el cinturón que iba con la armadura y tras

ponérselo le colocó las hachas en él. Anarr cogió el escudo y su hacha de batalla. Su tío le


miró de arriba a abajo, se veía que estaba orgulloso de lo que veía, pero no estaba

convencido.

—Falta algo, pero no se que es— Decía pensativo para sí, Anarr se dobló para

mirarse a sí mismo mostrando su cabeza descubierta.

—¡Ya sé que es!— y salió corriendo de nuevo a la estantería. Cogió un casco de

acero, redondo con protector nasal y orejeras que le protegían hasta el cuello.

— Este es fácil de quitar si caes al agua— Le decía mientras le ponía el casco.

— Ya casi pareces un guerrero— Le dijo su tío mirándole de arriba a abajo.

— Recuerda que si eliges bien tu equipo tienes muchas más posibilidades de ganar

la batalla—.

A la mañana siguiente su tío le dijo que le tenía solucionado el transporte a Hardby.

Le acompañó a la plaza del mercado, donde un altivo enano le dio una bolsa con algunas

monedas de plata, y sin apenas mirarle le indico el último carromato con un gesto de la

cabeza.

—Sube atrás y no distraigas al conductor. Ese es el carro que debes proteger— Le

dijo serio el enano y se dedicó a ir asignando a otros enanos de la ciudad a los carros.

—Anarr compórtate y no hagas muchas preguntas, cuando llegues a Hardby podrás

enrolarte en la marina— y se volvió a hablar con el enano arrogante.

El enano dio la orden de que arrancara la caravana y mientras se alejaba,

acomodado encima de los fardos del carro, vio como su tío y él enano se daban un abrazo.

Anarr hizo la ruta hasta Hardby, casi sin incidentes, se despidió de los miembros de la

caravana y se dirigió al puerto, pronto encontró la fila de reclutamiento de la marina.

Estuvo esperando unas horas hasta que le tocó el turno. En la mesa había un viejo

capitán y un joven escriba.

—Que tenemos aquí — dijo el capitán —esto si que seria digno de verse, un enano

en el mar— y se río con el escriba.

—Igual de digno que ver tu cabeza rodar por el puerto— Dijo el joven enano

ofendido mientras estrujaba el mango de su hacha.

Los dos guardias que había a los lados bajaron las alabardas para amenazar al

enano.

—Tranquilo muchacho— volvió a hablar el capitán — Se me había olvidado lo

quisquillosos que sois los enanos con el honor. Si tiene tantas ganas de navegar, no seré yo

quien se lo impida, ponga aquí su nombre y estampe su rúbrica señor enano— Dijo el

capitán apaciguando al enano. Anarr se quedó mirando fijamente al Capitán y puso su

nombre y su firma. Ya estaba hecho, se había alistado para los próximos cinco años.

Anarr embarcó en el Albatros, un navío de guerra que era ágil y ligero. El Albatros

tiene los colores blanco y negro a ambas bandas como los de dicho animal y un espolón

dorado reforzado imitando al pico de ese pájaro. Pasaron los días a bordo y cuando por fin

dejó de marearse, él creía que iba a morir, empezó a disfrutar del mar. Le encantaba la

sensación de amplitud y libertad. Hasta le enseñaron a nadar algo que se creía imposible

para un enano.

En los años sucesivos libró multitud de combates contra los piratas. Su habilidad con

el hacha y el escudo era muy apreciada en el barco, siempre era el primero en los

abordajes y pronto le nombraron sargento del grupo de abordaje de proa. Para él los barcos

eran como mini campos de batalla, móviles y cambiantes, y él sabía combatir en los sitios

estrechos a la perfección. Sus hombres le querían y le seguían a donde él dijera. Con el

paso de los años, el capitán Gunter lo promociona a Teniente de marina y empezó a

enseñarle los conocimientos básicos de navegación..


Cuando cumplió los cinco años de servicio, Anarr se despidió de la tripulación, a

esos rudos y valientes marinos había llegado a apreciarlos y algunos se despidieron como

verdaderos amigos. El capitán y él se llevan especialmente bien y cuando vio que no podía

convencerle para que volviera a enrolarse le dijo que si alguna vez necesitaba algo que lo

buscase.

Anarr regresó junto a su tío el cual le volvió a mirar orgulloso cuando se

reencontraron, también estaba allí su primo Torne, había vuelto a casa para la festividad de

fin de año.

Con el dinero que había ahorrado en cinco años de pagas y botines, compró el solar

de detrás de la cervecería de su tío y construyó una armería, al poco estaba funcionando al

cien por cien, varios armeros y sus aprendices estaban allí trabajando, en especial Dinmir

un armero amigo de su tío del cual aprendió Anarr todo lo que pudo.


*****


Al alba, se levantaron los tres enanos, calentaron un guiso de alubias con liebre del

día anterior y dieron buena cuenta de él. Y claro, lo regaron con una buena cerveza

especiada, para coger fuerzas para el día. Cargaron el carro y volvieron al camino para

empezar la última jornada de regreso a su hogar. Llegarían a casa al anochecer.

Volviendo la cabeza para atrás vio a sus sobrinos pegándose en la parte de atrás del

carro. Y sonrió al acordarse de esa misma escena cuando eran sólo unos mocosos. Desde

que Torne había entrado en la universidad, cada año hacían ese camino para recogerle,

podía haber pagado un transporte pero prefería ir a por él y Anarr también. Para Dorín era

uno de los mejores momentos del año. Volvía a tener aunque fuese unos pocos días a sus

dos chicos juntos. Los años que la Anarr estuvo en la marina fue un poco triste para todos.

—¡Chicos! — Les gritó para que dejaran de pelear y le escucharan.

—¿Saben lo que es el gremio de aventureros?

—¡Pues claro tío!— Le contestaron ambos enanos a la vez. Los dos jóvenes

empezaron una conversación a gritos, la cual le costaba seguir al tío, que si la sede del

gremio tal, que si el grupo de aventureros esto, que si aquello.

—¡Ya está bien!— les volvió a gritar su tío.

—Ya veo que lo saben, pues me alegro me alegra que les haga tanta ilusión ya que

antes de la festividad de ......, deberán presentarse en la sede del gremio en Narwel—

Los dos enanos se quedaron mirándolo, mudos, con los ojos como platos.

—Ya lo tengo todo organizado, en tres días vendrá un viejo amigo que os

acompañará hasta Hardby, donde cogeréis un barco hasta ..... y desde allí iréis a pie por

vuestra cuenta a Narwel. Ya están pagadas las inscripciones del gremio—

Los jóvenes seguían perplejos, pero en un segundo se desató el caos, volvieron a

hablar los dos otra vez, sobre excitados como estaban, no se les entendía nada. Que si la

armería, que si la universidad, que si seremos héroes, que te quedarías solo, etc, etc, etc.

Al tío no le preocupaba Anarr, era un aventurero nato y sabía que iría aunque se

quedara preocupado por él. El problema era Torne. El joven era muy racional, había elegido

los estudios antes que la aventura y sabía que le pondría un millón de pegas antes de

claudicar. Estaba tranquilo, sabía que era muy capaz y tendría la experiencia de su primo

para ayudarle.

En la última elevación del camino, ya anocheciendo, divisaron a lo lejos la

impresionante entrada del reino de Karakast en la ladera de la montaña. Las antorchas


iluminaban la elaborada puerta y la muralla interior. A los pies se extendía la ciudad exterior,

la luz salía por las ventanas de las viviendas, tabernas y negocios que allí había.

Los jóvenes no habían dejado de parlotear todo el camino sobre el Gremio de

Aventureros y de hacer preguntas. Lo traían agotado.

Los tres enanos cruzaron la muralla exterior saludando a los guardias y se dirigieron

a La Cervecería.

—Chicos, ¡A la cama! Mañana tenéis muchas cosas que preparar— Les mandó su

tío.

Anarr y Torne obedecieron a su tío y se fueron a la cama, pero Anarr no pudo dormir

en toda la noche, su cabeza no paraba de especular que le depararía el mañana y estaba

ilusionado y nervioso ante la expectativa de vivir nuevas aventuras.

Al alba el tío pilló al sobrino en la armería, estaba afilando sus hachas.

— Deja eso Anarr — le dijo su tío y sacando un paquete de tela se lo entregó a su

sobrino que lo abrió y le miró con extrañeza.

— Son tus armas tío — Era el hacha de batalla de su tío y su dos hachas de mano.

— Si, fueron un regalo de tu abuelo cuando le acompañé a la primera batalla y ahora

son tuyas, blandelas con honor— le dijo su tío visiblemente emocionado.

Anarr las observaba perplejo, ya las había tenido en su mano antes, pero ahora es

cuando las veía de verdad, esas finas filigranas de plata haciendo complejos intrincados en

las hojas parecían formar parte del acero. Eran una verdadera maravilla.

— Y ahora muchacho termina tu tarea—.

Anarr limpió y reparó la cota de mallas y remendó el acolchado interior. Mientras

Anarr pulía el yelmo y el escudo su tío volvió con otro paquete.

—Esto es especial Anarr— Le decía mientras lo desenvolvió él mismo.—Esta

coraza, es mi coraza de capitán de la guardia— Anarr no podía apartar la mirada de esa

maravilla, estaba visiblemente emocionado, la armadura finamente grabada y en el centro

se veía un blasón, el blasón de su familia, una montaña con un hacha sobresaliendo por

detrás. Anarr recordaba ese símbolo, en los escudos, los pendones y las armaduras. Pero

sobre todo lo recordaba de aquella noche cuando huía junto a su tío.

—También es para mi tío—

—Sí muchacho para que tengas muy presente la importancia de lo que vas ha

hacer— Le decía su tío acercándose a él.

—Y tengas muy presente que algún día regresaremos a nuestro verdadero hogar—

Le seguía diciendo mientras golpeaba con el dedo la montaña grabada en la coraza.

—Y ahora termina de preparar tus cosas, armate y te veo en el patio para entrenar

con tu primo antes de desayunar— Y se dio la vuelta marchándose.

Anarr preparó la vieja mochila con lo necesario, ató a esta el saco de dormir y el

odre de rica cerveza enana fabricada por su tío. Se puso la cota de malla ajustando bien las

cinchas, la coraza y un sobre todo cubriendo las armaduras. También se colocó el cinturón

de combate donde colocó las tres maravillosas hachas de su tío, cogió el escudo y salió al

patio.

Recién estaba amaneciendo. Acababa de salir cuando aparecieron su tío y su primo

el cual llevaba una preciosa ballesta enana en sus manos y los virotes colgando de un

carcaj en la cintura. Su tío empezó a gritarles y a hacer que trabajaran en equipo,

aprovechando las habilidades de cada uno. No les daba tregua, tenían que confiar el uno en

el otro y luchar como uno solo. A media mañana ambos enanos estaban reventados tirados

en el suelo intentando respirar. Su tío desapareció dentro y volvió con un pequeño barril y

unos embutidos curados. Los jóvenes los despacharon rápidamente. Estaban sedientos y


hambrientos por el esfuerzo de entrenar en ayunas. Continuaron así todo el día, hasta la

noche.

Su tío mandó a lavarse a los jóvenes enanos y los llevó a beber a la taberna, donde

disfrutaron de un agradable espectáculo y de la buena cerveza de su tío.

Esa noche durmieron como niños, su tío los observaba roncar, profundamente

dormidos desde la puerta de la habitación. Cuando amaneció aún tuvo que subir a

despertarlos. Ambos enanos bajaron al comedor, su tío les había preparado el desayuno y

en el mueble de la entrada les tenía preparados sus equipos.

—Hoy es el día muchachos— les decía su tío mientras desayunaban.

—Pronto vendrá a recogeros mi viejo amigo Murmir—

Llamaron a la puerta y el tío la abrió y salió fuera. Los jóvenes dejaron hasta de

masticar para intentar escuchar. Su tío entró con su amigo y Anarr se llevó la sorpresa era

el enano altivo de la caravana. Esta vez iba armado con un hacha a dos manos y llevaba

una enorme mochila colgada de la espalda.

Tío Dorín presentó a los jóvenes, los cuales se prepararon para partir abrazándoles

les dijo al oído unas palabras que jamás olvidarán.

—Luchar con honor, hacer que me sienta orgulloso de vosotros y recordar que

pronto volveremos a Karak-UrngHol.—

Y aquí se abre un nuevo camino para los jóvenes enanos.

Super Resumen | Baldur's Gate

THUNIR DOCKGARLIG (TORNE)

 THUNIR DOCK GARLIG (TORNE)



  • Padre DURRINN DOCK

  • Abuelo: BURNINN DOCK

  • Abuela: HAERLYNN DOCK

  • Tío: ROYRINN DOCK



  • Madre LAERLYNN GARLIG

  • Abuelo: Thudar Garlig

  • Abuela: Maerlynn Garlig

  • Tío Abuelo: Armgrum Garlig. (Líder del Clan)

  • Tío: Gigan Doul (Dorín)

  • Tío Bamur Doul (Padre Anarr)

  • Tía Kara Garlig

Primo - BURNIN DOULGARLIG (Annar)




En un lugar del mundo de GreyHawk, en las escarpadas y rocosas montañas de ABBOR-AL se erige firme y construida en la propia roca la ciudad de DUMADAN, una ciudad que no refleja el poderío que antaño tuvieron los enanos, pero que permite ver aún vestigios de lo que fue. Más allá de lo usual que se puede ver en una población de enanos, entre herrerías canteras y tabernas, DUMADAN contaba también con una arquitectura que a veces parecía replicada de la mismísima KARAK URNGHOL y en una de las terrazas más elevadas del risco, un edificio daba prueba de ello.


Ornamentada con filigranas y runas que a su vez parecían estar imbuidas en magia y que destellaban cierta luminosidad, se podía distinguir una construcción digna de la antigua capital de los Enanos, la universidad de Dumadam, edificada y tallada en la misma roca. Imponente, la construcción no reflejaba su verdadero tamaño pues los enanos habían excavado en el interior de la montaña lo que parecía a su vez una pequeña ciudad que permitía a eruditos y alumnos dedicar numerosos años al estudio.


En esta universidad, en una de las habitaciones en la zona de residencia de los alumnos, un enano con larga barba negra, es interrumpido de un profundo sueño con severos ronquidos, por su compañero de habitación.


  • Despierta TORNE! ¡Llegas tarde! Recuerda que nuestro maestro te dijo que le fueras a ver antes de partir. 

  • ¿No me escuchas TORNE? ¡llegas tarde!

Con un ojo medio abierto TORNE mostró un semblante que rápido tornó entre agresivo y victimista.


  • No puede ser!! ¡No puede ser!! ¿Qué hora es COJINN? ¿Qué hora es?


TORNE se apresuró a esconder de la vista de su amigo cierto material procedente de Hacienda Nueva Guarda a la vez que se incorporaba y preparaba sus cosas entre ruidos y refunfuños…


  • Son más de las 12 Torne. No es la primera vez que te pasa esto. Deberías saber que cuando fumas esa hierba de los medianos y bebes cerveza sin parar al día siguiente no eres capaz de levantarte a tu hora. Encima ya sabes como se las gasta el viejo TRUMIR… y deberías saber que él y muchos estamos con los preparativos para marchar, aunque ya veo que tú no… 


 COJINN, era el hijo de un famoso enano de URNST, que era el jefe de la caballería y que era famoso porque montaba a caballo. COJINN era más joven que TORNE y pese a no compartir la afición de la hierba que tenía TORNE tenían una muy buena relación y eran muy amigos.


  • Dame un abrazo y despídete de mí, que pasará tiempo hasta que podamos volver a vernos COJINN renacuajo! - Dijo TORNE


  • ¡Nos volveremos a ver viejo fumeta! ¡No olvides que siempre tendrás una casa en URNST conmigo y con mi clan! - COJINN correspondió el abrazo que acabó en un empujón para invitar a TORNE a que se diese prisa

  • Rápido que el viejo TRUMIR quizá no tenga piedad contigo y esta despedida si que sea definitiva!


Tras despedir a su amigo, TORNE se dirigió rápido entre pasillos de roca tallada hasta una de las aulas en las que durante años había pasado gran parte de sus días. 


Allí se encontraba su maestro en artes arcanas TRUMIR y refunfuñando daba vueltas alrededor de su mesa, agitado y dejando entrever que su paciencia estaba ya a punto de agotarse.


  • Maestro TRUMIR, lo lamento, he tardado un poco más con mis preparativos, me alegra ver que aún no ha partido. - Dijo TORNE con tono inocente


El viejo maestro miró al alumno y camufló su alivio con una mueca entre seriedad y enfado se abalanzó a darle un fuerte capón en la cabeza.


  • Lo lamento Maestro, pero… - Dijo TORNE mientras se rascaba la cabeza


El viejo Maestro interrumpió a TORNE


  • Llegas 2 horas tarde THUNIR pero, no tenemos tiempo para esto. Debo partir ya y necesitaba verte antes de marchar, le hice una promesa a alguien.


A TORNE le confundió que su maestro cambiase su semblante y que la cara de enfado finalizara en una mirada paternal. Al fin y al cabo asumió que si el viejo TRUMIR quería hablar con él era para dejarle algún recado o enviar algún paquete a su tío DURIN, pero las canosas y mullidas cejas del Maestro dejaron ver con claridad unos ojos vidriosos que destellaban orgullo y amor.


  • Te has convertido en todo un hombre TORNE, estoy seguro que ahora estás preparado para seguir tu destino y afrontar nuevas experiencias y aventuras. Siempre has preferido los libros al hacha y eso te ha convertido en el enano que eres hoy.


TORNE prefirió no decir nada, y dejó que su maestro continuase, ya que no estaba acostumbrado a tanta amabilidad por parte del viejo


  • Ahora tienes que poner en valor, el conocimiento que has adquirido tras estos muros y ayudar a nuestra raza a volver a ser lo que en su día fuimos. Tienes que seguir aprendiendo, pues aún eres un niño, pero ya no lo harás conmigo ni con el resto de maestros, ni dentro de estas rocas. Tu padre estaría orgulloso. 


Una sóla palabra resonó en la cabeza de TORNE mientras el resto se hacía menos importante 


  • ¿Padre? ¿Tu que sabes de mi padre Maestro? ¿Le conociste?


En la cabeza de TORNE las preguntas surgían muy rápido, las dudas, la curiosidad, el vago recuerdo de sus padres, pero sobre todo las palabras de un maestro que hasta ahora sólo había representado una más de sus rutinas en los últimos años y con el que no podría tener el tiempo necesario para poder despejar todas las incógnitas que ahora se generaban. 


  • Greyhawk es un mundo dónde puedes encontrar grandes enemigos a batir, pero sin duda es un mundo en el que puedes encontrar aliados y grandes amigos. Pero no tenemos tiempo para esto, ya lo entenderás. - Dijo TRUMIR.


Apretando la mano del joven enano y a la vez que le estrujaba el hombro TRUMIR dijo:


  • Tienes que llevar esto contigo.


TORNE estaba confuso, y sin saber bien que iba a encontrar miró que TRUMIR tenía en su mano un vulgar papel


- Tu padre estaría orgulloso de ti, repitió el Maestro mientras le cedía al joven enano un papel arrugado.


TORNE miró el papel con incredulidad, pues se trataba de fórmulas matemáticas y otras anotaciones a las que no podía encontrar aparentemente ninguna explicación y en la que también pudo ver dibujos de algunas quillas de barco, que también eran algo prácticamente desconocido para él.


- Maestro, no entiendo nada, ¿de qué conociste a mi padre? ¿Qué sabes tú de él?

Nadie ha podido ayudarme a recabar más información que la que se de mi padre, ni mi tío DURIN al que conoces bien. Sólo sé que murió. ¿Que tiene que ver este papel con mi padre?


El Maestro, no dijo una palabra. Agarró de los hombros a TORNE, le dió un fuerte pero a la vez fraternal abrazo, dejó de mirar al joven y comenzó a caminar hacia la salida del aula.


  • ¿ Maestro? No puedes dejarme así ¿Que sabes de mi padre?…


TORNE era bastante propicio a distraerse con falsas o ciertas promesas de información y en otro momento de su vida, hubiese dedicado el tiempo que fuese necesario a obtener más información por parte del Maestro. Pero, tras unas cuantas preguntas sin respuesta, después de años de clases y rutina, después de haber obtenido la titulación, después del banquete de la graduación, si su maestro había esperado al último momento para hablar de este tema y nunca antes lo había mencionado, TORNE entendió que no había manera alguna de que el Maestro TRUMIR dijera una palabra más. 


Tras esto, y con múltiples dudas y preguntas en su cabeza, TORNE se apresuró por última vez a su habitación. Recogió sus pocas pertenencias y organizó un poco el desastre que había provocado esa misma mañana. Mientras, estuvo pensando en su padre. Las palabras de su maestro ahora hacían que todo tuviese al menos un poco más de sentido, ya que después de revisar una vez más el papel que le dio, pudo entender que aún había muchas cosas que tenía que descubrir tanto de su pasado como de su futuro. La autosuperación era un rasgo de la personalidad de TORNE y pese a que ahora tenía muchas nuevas preguntas en su cabeza y la muerte de su padre se había reavivado, entendió que sus habilidades descubriendo fuentes de información y el tiempo, le permitirían descubrir la respuesta de muchas preguntas.


TORNE guardó lo que, en vano, intentó ocultar a su compañero COJINN un rato antes, y no se sorprendió de no verle allí ya que cuando TORNE partió de la Universidad de DUMADAN ya era casi mediodía y la mayoría de alumnos habían partido ya con sus familias a celebrar las fiestas de Carencia. 


Aunque a TORNE le hubiese gustado contar a su amigo COJINN lo que había pasado con TRUMIR aún le aguardaba un camino pedregoso y accidentado hasta KARAKAST, dónde además se iba a reencontrar con su tío DORIN y su primo ANARR, con el que siempre había tenido un vínculo especial y al que consideraba su hermano. 


Las ganas que tenía de ver su primo ANARR, del que seguro podría escuchar nuevas historias de sus aventuras, su pipa, (y una buena bolsa) cargada de hierba de los medianos y las ganas de TORNE por descubrir cuál sería su nueva vida tras acabar la universidad hicieron que el camino se hiciese rápido y cuando se quiso dar cuenta, ya estaba junto al calor de una hoguera, disfrutando de un pichón, junto a su primo y su tío…



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